lunes, 27 de septiembre de 2010

Consideraciones Preventivas del Sistema Digestivo

Nos volvemos a encontrar para volver al sistema digestivo pero desde un enfoque preventivo.

Quiero empezar comentando que alrededor del 60% de la consulta médica clínica hoy en día tiene origen en un malestar y/o trastorno digestivo, lo cual tiene sentido, ya que es un sistema muy extenso, muy complejo, del cual es muy fácil hacer uso y abuso, y eventualmente está muy ligado a las costumbres de un individuo, a su realidad socio-económica y hasta en cierto punto a su personalidad.

Con este último comentario quiero dejar en claro la gran cantidad de variables que intervienen a la hora de pensar en la salud.

Hay reglas preventivas universales para todos por igual, las cuales ponen en énfasis la higiene con la comida y la higiene personal a la hora de sentarse en una mesa.

Otro de los puntos a tener en cuenta es comer con tranquilidad, tomarse el tiempo que sea necesario para alimentarse, y no estar a las apuradas como ocurre con frecuencia hoy en día. Tengan en cuenta que mucha sangre es dirigida al aparato digestivo, la cual es necesaria para su correcto funcionamiento. Si nos estamos moviendo, si estamos tensos, estresados, esa sangre se redirige a otro lado, retardando y complicando la digestión.

También es muy importante tener en cuenta el tema de los hábitos alimenticios. No es correcto comer durante todo el día, tampoco es correcto no comer nada durante el día y comerse de todo cuando llega la noche.
Fíjense que este es otro punto estrechamente relacionado con la conducta y hábitos de una persona. Tengan en cuenta que no por nada se crearon los patrones de desayuno, almuerzo y cena.

Quiero comentarles también, aunque les parezca extraño, la gran cantidad de personas (en especial jóvenes) que se auto-provocan el vómito ante diversas situaciones que escapan al contenido del artículo.
El acto de vomitar no es un proceso fisiológico ni típico, ni normal. El cuerpo lo desencadena en última instancia ante situaciones extremas. Ni la boca, ni los dientes, ni el esófago están preparados para soportar el ácido del estómago. Definitivamente no lo hagan.

Por último dentro de estas consideraciones universales preventivas voy a referir a un tema el cual es muy “tabú” y tiene que ver con la evacuación del colon. A nadie le gusta ir hablando de gases y de heces, a nadie le gusta ese el dolor agudo en el abdomen, y estoy seguro de que todos en algún momento han llegado a maldecir por dentro y preguntarse “¿Por qué me agarraron ganas de ir al baño ahora?”
Es un tema muy pudoroso, y se ha llegado hasta a un punto en el que da vergüenza ir a un baño que no sea el de la propia casa.
Ir de cuerpo es una necesidad fisiológica y debe ser tomada y respetada como tal. No hace para nada bien retener durante un tiempo prolongado, de lo contrario aumentan las presiones dentro del colon y aumenta el riesgo de padecer enfermedad diverticular (en especial en personas adultas cuyas paredes del colon están debilitadas).
No está mal ser educado y en cierto punto pudoroso, pero tampoco lleven el pudor de este tema a puntos extremos y exagerados.

Recuerden también los comentarios preventivos mencionados en la publicación “Viaje Digestivo 1”.

Así concluyo el tema de las consideraciones generales que todo individuo debería de tener en cuenta. Ahora bien hay alteraciones que afectan puntualmente a un solo individuo o a un grupo de individuos (como por ejemplo familiares) y que están relacionadas con la genética.
Este es el caso, por ejemplo, de las intolerancias, en las que los mecanismos de digestión, absorción y/o metabolismo de ciertos alimentos están alterados, produciéndonos malestar cada vez que los comemos.

Así como existen estas afecciones puntuales que afectan individuos en particular, existen también otros tipos de trastornos tanto en el sistema digestivo, como en otros sistemas (por ejemplo el endócrino) que afectan directa o indirectamente la función del mismo, y que por lo tanto requieren una adaptación por parte del paciente a un nuevo modelo alimenticio y por ende a una nueva forma de vida.

A lo largo de la vida, el organismo va variando los requerimientos nutricionales necesarios para cumplir con las funciones vitales, los cuales deben ser respetados para lograr un desarrollo normal.
Con el tiempo uno llega a conocer a su propio cuerpo y descubre qué es lo que puede o no puede comer para evitar sentirse mal, respetando los mencionados requerimientos nutricionales.
Por suerte, hoy en día, el avance de la medicina permite detectar rápidamente que es lo que funciona mal y qué se puede hacer para mejorarlo. Sin embargo ningún tratamiento es 100 % efectivo si el paciente no está dispuesto a adaptarse a un cambio frente a las indicaciones del profesional (que en la mayoría de los casos implica una restricción).

Recuerden que el médico no es una mala persona, y que no les quiere complicar la vida. Los médicos son profesionales que están a su servicio y a su disposición, y que van a hacer su mayor esfuerzo por mejorar su calidad de vida. Ustedes como pacientes tienen la libertad de elegir que es lo que quieren hacer con su cuerpo y con su salud, y de aceptar o no un tratamiento por más difícil e injusto que parezca, pero recuerden que eso no les da el derecho de menospreciar el intento de un profesional por colaborar con su salud.

Muchas gracias por su tiempo, nos encontramos en la próxima!!

Viaje Digestivo 2


Hola gente ¿Cómo están? Hoy vamos a continuar el viaje digestivo que comenzamos en la nota anterior. Hay mucho por comentar, explicar y prevenir, así que retomemos donde dejamos la última vez.

Nos habíamos quedado en el estómago, donde los alimentos ingeridos, masticados y deglutidos son mezclados con la secreción ácida de este órgano, y a su vez son triturados, tamizados y llevados hacia el intestino delgado gracias a las diversas contracciones musculares.

Vamos a ubicarnos anatómicamente para entender un poco la situación del tracto digestivo (ayúdense con la fotito):

A continuación del estómago y su esfínter distal (el píloro), encontramos la primera porción de intestino delgado llamada Duodeno. Tiene una forma de “C” abierta a la izquierda, ubicada por debajo del Hígado (ese gran órgano macizo de color marrón oscuro que está por debajo del diafragma del lado derecho). En la concavidad que forma el Duodeno se aloja el páncreas (ese órgano macizo de color amarillento). En el extremo inferior de la “C” el intestino se acoda hacia abajo y continúa en una serie de “asas delgadas” todas plegadas una al lado de la otra. Esta sección de intestino delgado se denomina Yeyuno - Íleon. Si desplegáramos y estiráramos el intestino delgado mediría aproximadamente 3 mts de largo.

Luego de un largo recorrido por el Yeyuno Íleon, el intestino delgado concluye en el extremo inferior derecho del abdomen, cerca del hueso de la cadera. Allí es donde comienza el intestino grueso (o Colon), separado del intestino delgado por un esfínter denominado Válvula Ileocecal.

El Colon tiene una forma de “U” invertida, que forma un marco alrededor del intestino delgado.

A la primera porción de este intestino grueso se la llama Ciego, y en su extremo inferior contiene un divertículo (como si fuera una colita) llamado Apéndice Cecal, cuya función es discutida, y su resección quirúrgica es muy habitual tras inflamarse y producir el típico cuadro de la Apendicitis.
A continuación del Ciego, el Colon asciende hasta las cercanías del hígado (es por eso que se lo llama Colon Ascendente), luego se acoda y se dirige hacia la izquierda de manera transversal (denominándolo Colon Transverso), y luego vuelve a acodarse, esta vez para dirigirse hacia abajo, hasta el extremo inferior izquierdo del abdomen, en las cercanías del hueso de la cadera análogo al derecho. Obviamente a este último lo llamamos Colon Descendente.
A continuación el Colon describe una curva hacia arriba y otra hacia abajo, como se fuera una “S” acostada (Colon Sigmoide), y luego un camino recto hacia abajo, a través de la pelvis, pudiendo llegar así hasta el conducto anal, y en efecto al ano (obviamente a esta ultima parte de Colon se la llamó Recto).

¿Se pudieron ubicar bien?

Ahora volvamos a los alimentos y veamos cómo es que el sistema digestivo sigue funcionando para obtener a partir de ellos, los materiales necesarios para que el cuerpo realice sus funciones vitales.

Al ser evacuados del estómago, los alimentos están convertidos en una especie de pasta líquida, compuesta por los alimentos propiamente dichos, saliva, mucus y ácido estomacal (cada uno con sus correspondientes constituyentes). A esta pasta que avanza y llega al intestino delgado se la denomina quimo.

En el intestino delgado (más exactamente en el Duodeno), el quimo es mezclado con otras dos sustancias más, provenientes de dos glándulas anexas al tracto digestivo:
Una de esas sustancias proviene del páncreas y contiene muchísimas enzimas importantes que continúan y concluyen la digestión de grasas, azucares y proteínas. Además, la secreción pancreática tiene un pH básico, y gracias a esta propiedad puede amortiguar y neutralizar el ácido del estómago que contiene el quimo (el intestino no está preparado para soportar mucho ácido, sin esta secreción sería más propenso a padecer úlceras con el consecuente deterioro del tejido).

La otra sustancia que se va a mezclar con el quimo proviene del hígado y de la vesícula biliar, es la bilis. La bilis es producida en el hígado constantemente, pero no siempre es volcada al intestino, por lo que se tiene que almacenar en algún lugar, ese lugar es la vesícula biliar. Durante el ayuno, la vesícula se llena de bilis y luego de comer la vesícula se contrae y se vacía en el intestino delgado.
La bilis es una vía de desecho de muchas sustancias, pero al mezclarse con el quimo contribuye enormemente a la digestión de las grasas.

Hasta este punto estuve repitiendo el término “digestión” sin hacer mucha referencia a él, así que vamos a aclararlo:

Cuando se habla de digestión se habla del proceso por el cual el sistema digestivo convierte a los alimentos tanto química como estructuralmente complejos, en sus constituyentes simples, para que el organismo pueda absorberlos eficientemente y re utilizarlos para su beneficio. Es decir que desarma a los alimentos en pequeñas porciones microscópicas para tomarlos y utilizarlos a su antojo.

Hasta ahora vimos todo el proceso por el cual el sistema digestivo desarmó los alimentos:
En la boca con la masticación y la mezcla con la saliva; en el estómago con la trituración, tamización y mezcla con el ácido estomacal; y en el duodeno con la mezcla de jugo pancreático y biliar.

Ahora viene la parte en la que el sistema digestivo absorbe todos estos alimentos desarmados. Esta función ocurre en el intestino delgado (preferentemente en el Yeyuno e Ileon) cuyas paredes forman vellosidades (como si fueran unos pelos que aumentan el contacto entre la comida y la pared intestinal propiamente dicha). Estas vellosidades están formadas por células capaces de captar y “agarrar” los alimentos desarmados y transportarlos hacia la sangre.

Fíjense la importancia de la longitud del intestino delgado. Durante un largo recorrido los alimentos desarmados están en contacto con muchísimas vellosidades y por lo tanto con millones de células capaces de absorberlos. Sin esa longitud de intestino y sin vellosidades nuestra capacidad de absorción sería muy inferior. Las personas con enfermedad Celíaca sufren inflamación y destrucción de las vellosidades intestinales, y esto ocasiona desnutrición, diarrea etc.

Luego de un largo trayecto por el intestino delgado, todos aquellos alimentos mal digeridos y que no pudieron absorberse llegan al intestino grueso o también llamado Colon.

El Colon tiene varias funciones. En principio este intestino es el encargado de transportar los desechos hasta el conducto anal para que sean eliminados por medio de la defecación. Este último proceso está coordinado por el sistema nervioso, de modo que se desencadena en ciertas situaciones específicas. Por ejemplo, durante el sueño la actividad motora del colon está muy reducida o directamente ausente, y cuando nos despertamos se reanuda y es por eso que nos agarran ganas de ir al baño. Otro ejemplo es durante la comida, cuando el estómago se va llenado, se envían señales nerviosas que le avisan al colon que libere espacio eliminando su contenido.

Otra de las funciones del colon es absorber sales y agua, de modo de evitar la pérdida de las mismas por medio de las heces.

El colon también posee una flora bacteriana que colabora con la transformación de unos compuestos en otros para su aprovechamiento / eliminación. En este proceso se generan gases diferentes dependiendo del tipo de sustrato que utilicen las bacterias.

Por último quiero comentarles que ningún sistema trabaja aislado en el organismo, y el sistema digestivo no es la excepción. Todo el proceso de ingesta, secreción, digestión, absorción, defecación, etc. están acompañados por una fina coordinación con los sistemas nervioso, endócrino, circulatorio, etc. que regulan y mantienen un equilibrio frente a los diferentes estados que vamos atravesando a lo largo del día y la noche.

Finalmente hemos concluido el largo recorrido por el tracto digestivo, espero que se haya entendido a grandes rasgos cómo es que funciona el universo que es este sistema.
Cierro esta nota en este punto. Las consideraciones preventivas las voy a subir aparte por una cuestión de espacio y practicidad.
Hasta la próxima!